
3 comportamientos que delatan una relación tóxica con el dinero
Tener una relación saludable con el dinero es crucial para nuestra estabilidad financiera y bienestar emocional. Sin embargo, en ocasiones podemos encontrarnos atrapados en una relación tóxica con el dinero que puede afectar negativamente nuestra vida en diferentes aspectos.
Nuestra niñez influye en nuestra relación con el dinero
Durante la infancia, somos especialmente receptivos a las experiencias y enseñanzas que recibimos de nuestros padres, familiares y figuras de autoridad, internalizamos las creencias y valores que nos rodean, incluyendo las relacionadas con el dinero.
Si vimos a nuestros padres gastar de manera descontrolada, tener deudas constantes o vivir por encima de sus posibilidades, es probable que adoptemos patrones similares en el futuro.
En el otro extremo, si vimos a nuestros padres limitando su gasto en cosas básicas, pese a tener los recursos para incurrir en ellos, para “no gastar el dinero”, es otra influencia que también cala en nosotros.
Por el contrario, si nuestros padres tienen una buena educación financiera y nos inculcaron hábitos financieros saludables desde una edad temprana, es más probable que desarrollemos una relación positiva con el dinero y aprendamos a administrarlo de manera responsable, de esta forma es más factible que el ahorro y la planificación sean parte de nuestros hábitos.
Como comentó alguien en redes sociales, refiriéndose al artículo: Tarjeta de crédito, ¿amiga o enemiga?
“Una de las herencias que me dejo mi papá es saber usar las tarjetas, si, hay que ser muy ordenado y disciplinado, pero al hacerlo hasta dinero y otros beneficios le devuelven a uno, y no al revés como muchos creen. ”
Este es un ejemplo de un aprendizaje y de una herencia invaluable de educación financiera.
Seguidamente, exploraremos 3 comportamientos reveladores de una relación tóxica con el dinero.
1. Obsesión por el dinero
Si cree que su valía personal se basa únicamente en cuánto dinero tiene, es una señal clara de una relación tóxica.
Una cosa es no poder cubrir las necesidades básicas (en este caso debe ocuparse y tomar acción) y otra muy diferente es no poder vivir, como usted cree que vive su vecino.
Sentimientos de envidia y comparación con los demás pueden afectar negativamente nuestra relación con el dinero. Si constantemente nos comparamos con otros que parecen tener más dinero o más éxito financiero, podemos experimentar insatisfacción y descontento con nuestra propia situación financiera.
Las comparaciones con otros lo pueden llevar a tomar decisiones impulsivas o a una constante sensación de no tener suficiente, incluso si sus circunstancias financieras son adecuadas. Si constantemente está preocupado por el dinero, no importa cuánto tenga, y siente que nunca es suficiente, podría ser una señal de una relación tóxica.

2. Comportamiento impulsivo de gasto
Si encuentra difícil controlar sus gastos, se siente impulsado a comprar cosas innecesarias o cae en deudas constantemente, es probable que esté lidiando con una relación tóxica con el dinero. Este comportamiento puede conducir a problemas financieros a largo plazo y a un ciclo interminable de deudas para aliviar la incomodidad emocional o evitar enfrentar sus problemas financieros.
Las emociones positivas, como la felicidad y la sensación de recompensa, también pueden influir en la relación con el dinero. Puede ser tentador gastar en exceso cuando nos sentimos felices o recompensarnos con compras innecesarias como forma de gratificación emocional. Estas acciones pueden socavar nuestros objetivos financieros a largo y corto plazo si no se controlan.
La euforia y la sobre confianza, pueden surgir cuando se experimentan éxitos financieros, o de otros tipos. Estas emociones pueden llevarnos a asumir más riesgos de los necesarios o a gastar de manera excesiva, pensando que los buenos tiempos durarán para siempre. Es importante mantener un equilibrio y ser consciente de las prioridades, incluso en momentos de euforia financiera.
Igualmente compensar las tristezas o emociones negativas a través de compras no es una estrategia saludable o sostenible a largo plazo. Las compras impulsivas como mecanismo de compensación pueden llevar a problemas financieros, acumulación de deudas y una dependencia poco saludable de las posesiones materiales.

3. Miedo al gasto
Contrario a lo anterior, el miedo es una emoción común que también puede afectar nuestra relación con el dinero de diferentes maneras. El miedo a perder dinero puede llevarnos a evitar gastar en lo indispensable, en nuestras necesidades, atándonos a una mentalidad de escasez, que puede evitar cosas tales como invertir para el futuro, lo que limita nuestras oportunidades de crecimiento y ganancias y puede llevarnos a un extremo de tacañería.
Un ejemplo de esto es una persona que teniendo los medios para invertir en mejoras para su hogar, como reparaciones necesarias o renovaciones, se resiste a gastar dinero en estas áreas, incluso si afecta la calidad de vida o el valor de la propiedad.
Hay que tener claro que una cosa es gastar con mesura y control, de forma planificada, o en el caso de un inversor, invertir informado, con cautela, agotando todas las posibles fuentes de información, lo que a veces lleva tiempo, y otra cosa muy diferente es acumular dinero por miedo a perderlo y caer en la tacañería.
No se puede tener el dinero “bajo el colchón”, contándolo todos los días, sin hacer ningún uso de él, aun cuando hay necesidades apremiantes por cubrir.
Se debe tener en mente, que el dinero es un medio y no un fin, esto es indispensable para mantener una relación sana con él. Le recomiendo el artículo: ¿Tacañería o mentalidad de ahorro? para dejar claro el punto.
El cambio de la relación con el dinero siempre es posible
La creación de hábitos es importante. Aun cuando en la actualidad podamos concluir que no tenemos los mejores hábitos con relación al dinero, es claro que podemos cambiarlos.
Adquirir conocimientos financieros le ayudará a tomar decisiones más informadas y a tener un mejor control sobre sus finanzas, pero lo más importante es que le abrirá un abanico de opciones para tomar la mejor decisión, no solo pensando en el corto plazo, sino también en el largo plazo, es decir podrá cambiar su relación con el dinero si se lo propone.
Siendo el dinero un recurso finito, y nuestras necesidades o deseos infinitos, el saber administrar el ingreso, sea este mucho o poco, es clave como complemento de una vida sana. Recuerde que el tema del dinero y su correcta administración no es un tema menor, es el día a día de las personas.
Es importante reconocer cómo nuestras emociones afectan nuestra relación con el dinero para poder gestionarlas de manera saludable. Buscar apoyo emocional de ser necesario y asesoramiento financiero, puede ser beneficioso para abordar las emociones negativas y desarrollar una relación más saludable con el dinero.
Reflexión
Establecer una relación equilibrada, donde el dinero sea una herramienta para alcanzar objetivos y no el centro de la felicidad es importante, de otra forma el dinero podría verse como una fuente de estrés, y un fin en sí mismo.
Desarrollar una autoestima sólida y reconocer que nuestro valor va más allá de nuestras posesiones materiales, es fundamental para mantener una relación saludable con el dinero. Aunado a esto, la educación financiera es el complemento indispensable de una mejor gestión de las emociones.